martes, 17 de octubre de 2017

MEDICINA Y ESPIRITUALIDAD






METANOIA nº 37. Palma de Mallorca. Mayo 2002, página 7.


Carmen Prats Rocavert
Antonio Ruiz de Azúa Mercadal




El ser humano es materia y espíritu, y como tal tiene que ser tratado cuando enferma.

Define George Vithoulkas ("Las leyes y principios de la homeopatía en su aplicación práctica". Ed. Paidós) la salud como "la carencia de dolor en el organismo físico, tras conseguir un estado de bienestar; la ausencia de pasión en el nivel emocional, que tiene como consecuencia un estado dinámico de serenidad y calma; y la falta de egoísmo en la esfera mental, que desemboca en la unificación total con la Verdad".

Es pues fundamental tratar de forma holística al ser humano es decir, en sus cuatro niveles: espiritual, mental, emocional y físico. Si abandonamos esta idea de globalidad fracasaremos en el intento de retornar al individuo al estado de salud.

Hay estímulos o acontecimientos de nuestra vida que recibimos y grabamos en forma de huella con memoria. Todos tenemos memorias fruto de nuestra vida; es nuestro patrimonio, el cuaderno de bitácora de nuestro navegar vital. El trauma puede afectar al individuo en cualquiera de los cuatro niveles citados, dejando su huella. La no integración de esa huella en todo el ser conduce a la enfermedad. La ignorancia y el olvido del trauma es enfermedad, mientras que la conciencia y la memoria del mismo es curación.

Para el médico que trabaja de forma holística es fundamental la presencia consciente, abrir sus canales de percepción para comprender al ser enfermo y a partir de ahí encontrar el remedio que actúe sobre las alteraciones existentes en los cuatro niveles (físico, emocional, mental y espiritual). Para ello tiene que producirse una empatía, un flujo de energía bidireccional, una comunicación entre médico y paciente.

Es tarea del médico ayudar, acompañar al paciente en su proceso de autoconciencia, de curación. Se respeta y se acompaña. El acompañar y el "estar" (presencia) es la más sublime de las medicinas vibracionales.

En el tratamiento nos ayudan vehículos de comunicación: el sonido, la palabra (psicoterapia de expansión de conciencia), el color (cromatoterapia), las manos (osteopatía cráneo-sacra, reiki), un medicamento (homeopatía), una aguja (acupuntura)...     


Escribió Still, padre de la osteopatía:


"Oh mi Dios, me arrodillo ante Ti, el Gran Médico, toda gracia y todo don perfecto vienen de Ti.

Te suplico, proporciona a mis manos la habilidad, a mi Espíritu la clara visión y a mi corazón la bondad y la compasión.

Proporcióname una intención justa, la fuerza para aliviar al menos una parte del fardo y del sufrimiento de mi prójimo y una verdadera comprensión del privilegio que se me ha dado.

Elimina de mi corazón todo artificio  y toda atadura a este mundo, a fin que con la fe sincera de un niño pueda integrarme en Ti.






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